El Molino de la Cerrá se encuentra emplazado como un valor añadido del paraje, lejos de producir un impacto ambiental, lo enriquece formando parte de él y dejando huella de las actividades humanas que se desarrollaban a mediados del siglo XIX, engrandeciendo el lugar. Se trata de una edificación realizada con piedra de mampostería. Se compone de un molino y corrales, la acequia o caz colgada sobre la pared con escaleras de acceso. El conjunto da ejemplo de cómo se debe actuar sobre el medio natural cuando las actividades lo requieren. La necesidad de intervenir sobre él es prioritaria por diferentes razones, ya que se encuentra en un estado muy deteriorado de conservación entrañando serios peligros para los posibles visitantes a la zona y por su singularidad propia, ya que presenta características que podría no darse en ningún otro molino de la provincia de Almería.
Se trata de un molino harinero, pero presenta una serie de peculiaridades, es uno de los pocos molinos de época que movía dos empiedros con un solo rodezno. El rodezno es la rueda generalmente de hierro, con cucharas, situado en la cárcava, y que gira por la fuerza del agua, procedente del cubo a través del saetillo. Cada empiedro está formado por dos piedras o muelas, la de abajo “Fija o Solera” y la de arriba “Corredera o volandera”. Entre las ruinas se conservan, aún, las cremalleras circulares a modo de 3 ruedas de hierro con engranajes o dientes de madera, debajo de los empiedros, bajo una estructura soportada por columnas de hierro. El eje central o palahierro, procedente del rodezno, unido a la rueda central, transmitía el movimiento, a cada lado, a las otras dos ruedas o cremalleras laterales. De cada una de ellas partían un nuevo eje o palahierro secundario conectado ya, cada uno, con una muela corredera que hacían girar. Con este sistema se conseguía mover dos muelas volanderas o correderas con un solo rodezno. Probablemente sea uno de los pocos molinos con esta característica en toda la provincia de Almería. El edificio conserva los muros de las dos plantas, el cubo se conserva intacto adosado al edificio y donde permanece la conducción adicional cuando fue transformado en Fábrica de la luz, no así la techumbre a dos aguas, de teja árabe, totalmente hundida. . El segundo edificio, adosado al primero, que se construye cuando se transformó el molino en la Fábrica de la Luz “Santa Isabel”, (1923).